BENAMAHOMA  Dejamos el pueblo atrás para ir al encuentro de uno de los lugares de paz y sentimiento que atesora Benamahoma, un rincón de recogimiento, en el que, a los pies de un escenario de naturaleza exuberante, yace parte importante de quienes a lo largo de los siglos han escrito la historia de este territorio.

Así, pasado el Nacimiento, camino de El Pinsapar, nos abrimos paso entre una sombría y envolvente galería de árboles que nos da la bienvenida y conduce hasta la verja del Cementerio de Benamahoma.

Pequeño y luminoso, este lugar de homenaje y encuentro de los benamahometanos, meticulosamente cuidado por generaciones y generaciones, tiene el encanto y la profundidad de esos lugares íntimos en los que el tiempo parece detenerse.

Una pequeña capilla y los bancos se convierten en privilegiados rincones para la reflexión a la sombra de afilados cipreses que rompen el perfil del paisaje.