Seguro que ya estás pensando en darte una escapada el próximo fin de semana. Una escapada, quizás con tu familia y amigos, a uno de esos destinos que, como Grazalema, ya huele a chimenea, a guisos de tradición y en los que el otoño nos descubre paisajes y lugares que muestran todo su esplendor con las primeras lluvias.
Si es así, te proponemos una ruta, facilita, y un bocado de tradición, de esos que apetece degustar en estas fechas y que nos reconfortan y reconcilian con los sabores de siempre.
Para empezar, te aconsejamos que cojas energía con un cafelito y un buen mollete con aceite y tomate (¡si le pones jamón o cualquier otro embutido de la localidad mejor!) en cualquiera de los bares que abren desde muy temprano en el pueblo.
Con las pilas ya cargadas, llega el momento de afrontar la ruta y respirar aire puro ‘made in Grazalema’. En esta ocasión, la ruta es a la hipnótica Ermita del Calvario, cuyo campanario puedes divisar desde la plaza del pueblo.
Esta ruta, cuyos detalles encontrarás en el apartado de Naturaleza (rutas), es ideal para realizarla con niños, ya que es fácil y, a su vez, muy entretenida. Una vez en la Ermita, disfrutarás de unas excelentes vistas y de un lugar idóneo para descansar o que para que los más pequeños jueguen.
Ya de vuelta, te proponemos recuperar fuerza con un plato tradicional de diez, la Sopa de Grazalema, auténtica gastronomía de pueblo. Elaborada con caldo de puchero, buen chorizo de la zona, pan asentao, hierbabuena y huevos duros, ha estado siempre presente en las cocinas de la localidad y era el reconstituyente perfecto tras una dura y fría jornada de trabajo.
¡Anímate, te esperamos!