Es el mirador por excelencia cuando llegan los meses de verano, ya que junto a él se localiza uno de los grandes atractivos de Grazalema cuando el calor aprieta y el cuerpo nos demanda un chapuzón, la piscina municipal.
Resulta todo un lujo disfrutar de un refrescante baño en un entorno de piedra caliza que, sin obstáculo alguno, te regala algunas de las vistas más sugerentes de ese paisaje que, en busca de la Serranía de Ronda, se proyecta a través del Valle del Guadalete.
Atalaya de la que, por supuesto y a un nivel superior al de la piscina, puedes disfrutar el resto del año. La presa, la calzada medieval y las aves que dibujan sus espectaculares vuelos sobre el cielo del pueblo son otros de los atractivos del Mirador del Tajo.