Seguro que habrás escuchado hablar de él, no en vano es el árbol más representativo de la Sierra de Grazalema, de sus cumbres.

De un verde intenso y figura piramidal, este abeto atesora en su genética gran parte de la memoria del territorio, ya que fue aquí, en Grazalema, en su sierra, donde logró sobrevivir a la era postglaciar un mayor número de ejemplares.

Capaz de alcanzar los 20 metros de altura y vivir 600 años, lo podrás encontrar mientras paseas por el pueblo y sus alrededores, si bien el gran icono de esta especie es el Pinsapar, donde se localiza la mayor concentración de pinsapos del mundo.

Descubierto para la ciencia en 1837 por el botánico suizo Pierre Edmon Boissier, cuenta la historia que su madera contribuyó a dar vida a la Armada Invencible de Felipe II.