Hace muchos siglos que la vida de los grazalemeños está íntimamente ligada a un producto artesanal que es la síntesis perfecta de este paisaje de verdes pastos de montaña y ganadería autóctona.

Hablamos del queso, un preciado bocado que ha formado parte de nuestras vidas, nuestra gastronomía… nuestra forma de interpretar los extraordinarios recursos que ofrece este territorio de altura y lluvias copiosas.

Quesos de aromas y texturas casi infinitas, cuyo secreto descansa en leches de oveja (Merina Grazalemeña) y cabra (Payoya) de primera calidad y en una elaboración artesanal heredada de generación en generación.

Quesos de oveja, cabra y mezcla que son mimados al detalle por nuestros maestros queseros para que puedas disfrutar de una extraordinaria variedad de bocados (curados, frescos, semicurados…) de fama y prestigio internacional.