Es otoño y nuestro entorno muda su ‘traje’ de verano para mostrarnos una de sus caras más espectaculares e íntimas.

Con las primeras lluvias, Grazalema y Benamahoma se convierten en auténticos paisajes de agua, abriéndonos las puertas a un universo de sensaciones que se proyecta sobre escenarios muy distintos.

Espacios en los que el líquido elemento lo invade todo, invitándonos a descubrir parajes de verdes intensos, atalayas mágicas, fuentes centenarias o iconos tan históricos como el Museo de las Mantas de Grazalema, íntimamante ligado a la Oveja Merina Grazalemeña y el agua.

Un tiempo mágico, de gastronomía de raíz, que acentúa el gris de nuestras calles, plazas y montañas; que nos envuelve con el penetrante olor de la lluvia y que nos propone escapadas tan únicas como las de El Pinsapar, los Llanos de El Berral, el río Majaceite o el majestuoso Torreón, entre otras.

No lo dudes, si quieres conocer los numerosos y singulares encantos del que es uno de los Pueblos Más Bonitos de España, este es el momento. 

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